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¿Ha llegado la concentración bancaria a España?


En diciembre de 2009 en España había 46 cajas, frente a las dos que quedan ahora, seis años después. La industria bancaria española se encuentra de nuevo ante la encrucijada: el comienzo de 2016 vendrá acompañado por una nueva ronda de fusiones y adquisiciones, tres años después de una de las mayores crisis de deuda en Europa. El primer hito, que será el pistoletazo de salida de estos procesos, serán las elecciones del 20 de diciembre, con el futuro de dos bancos nacionalizados entre las primeras decisiones a las que se enfrentará el próximo gobierno.

Estos dos bancos son el nacionalizado Bankia y Liberbank (ambas entidades rescatadas en 2012). Liberbank el año pasado no pasó el test de estrés de los reguladores europeos. Además de éstas, hay otras tres entidades de mediano tamaño que son vistos como “blancos” de adquisiciones o como posibles socios en una fusión, como son el Banco Mare Nostrum, Ibercaja y Unicaja Banco. Creadas a partir de fusiones de cajas de ahorro, estas compañías están luchando contra los menores retornos, en parte por su exposición a una enorme cantidad de hipotecas.


Como comentaba Francisco González, presidente del BBVA, el 17 de noviembre durante la jornada empresarial organizada por CEOE Y Cepyme, los bancos en España y a lo largo de Europa están bajo una “enorme presión”, y decía que “habrá una consolidación de bancos en España” y el BBVA será un “jugador relevante.” José Antonio Álvarez, Consejero Delegado de Banco Santander, comentó a su vez que su banco estudiaría “todas las opciones”.


Para ponernos en contexto, más de 20 bancos españoles han desaparecido desde 2012, cuando el país se vio obligado a rescatar a las víctimas provenientes de las hipotecas, para restaurar la confianza en la deuda del país. El Banco de España está presionando para que haya cambios que requerirán de los bancos un mayor coeficiente de reservas dados los tipos de interés tan bajos y el endeble mercado hipotecario. Estas presiones han contribuido a una caída en los préstamos, que es la principal fuente de ingresos de los bancos. Los ingresos netos por intereses (la diferencia entre lo que cobran los bancos por préstamos y lo que paga en depósitos), cayó en el tercer trimestre en bancos que incluían el Santander y La Caixa.


Otro detonante de las fusiones podría ser un fallo de la corte española sobre la conveniencia de seguir permitiendo que los bancos establezcan tipos de interés mínimos, o suelos en las hipotecas a tipo variable, una práctica muy común en España. Los bancos han utilizado suelos para mantener a flote los retornos, mientras los tipos oficiales cayeron a nuevos mínimos este año. CaixaBank declaró en octubre que la eliminación de suelos tendría un costo anual de 220 millones de euros.


En opinión de algunos expertos y analistas consultados por Sotavento Consultores, la fusión de las entidades no tiene por qué traerles una mayor rentabilidad. Los bancos deberían centrarse en su propio negocio y reducir costos y riesgos para conseguir un buen retorno sobre las acciones. Lo que está por decidirse es si bancos medianos como Sabadell, Bankinter o Popular comprarán bancos pequeños o si ellos serán comprados por entidades de mayor tamaño.


Un tema que también provoca preocupación es el efecto que las fusiones y adquisiciones puedan tener sobre los accionistas, ya que traen consigo otros riesgos que el mercado puede descontar. Como respuesta a los problemas de los bancos españoles, tal vez no sea esta la solución.



Felipe Moreno

Socio-Director

Sotavento Consultores

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