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¿Invertir en España en 2016? Un riesgo innecesario



Nos guste o no, vivimos en un país que se sustenta en el sector terciario y en la construcción, gigantes con pies de barro.

Durante los primeros ocho años del siglo XXI España fue el país del ladrillo, donde la especulación inmobiliaria hizo que todos y cada uno de los empresarios relacionados con el sector viesen como sus negocios crecían de manera considerable y por encima de sus verdaderas posibilidades. Al César lo que es del César.


El Ibex 35, índice de referencia en la bolsa española, tocó sus máximos históricos en diciembre de 2007 llegando a alcanzar los 15.870 puntos básicos. Era el principio del fin. Desde que alcanzó ese máximo, el incide de referencia tocó fondo en lo más crudo de la crisis financiera, 2012. En Junio de este año, el Ibex bajo hasta los 6065 puntos, su mínimo histórico (-61,6%). Sin analizamos el año anterior, un año con crecimiento económico leve (recordemos que el gobierno no cumplió las previsiones de crecimiento del BCE) el Ibex no remontó, cerrando el año con una caída del 1,8%. En lo que va de año, el principal índice de referencia lleva ya perdido un 8,1%, habiendo roto la barrera de los 8.000 puntos en febrero.


¿Qué hacer en una situación como esta? Sencillo. Yo no invertiría mi dinero en España. No si busco rentabilidades en 2016. Habrá quien decida posicionarse ahora, cuando el mercado español está muy descontado, puede ser una opción lógica, pero no para este año. La explicación es muy sencilla. Si analizamos el país de una manera simple vemos un país con escándalos de corrupción sin castigo que están a la orden del día, donde la inestabilidad política se asienta en la carencia de líderes políticos sólidos y en la falta respeto en la comunidad internacional. Además, podemos ver un país que ahoga a impuestos a las empresas, principales generadoras de riqueza y empleo de un país. Esto supone la ya conocida fuga de capitales hacia países con una carga impositiva más liviana y con una mano de obra más barata que permite a estas empresas optimizar sus costes y, por tanto, beneficios. ¿Solución? Salir de España.


Es sabido que la masa empresarial española está muy reticente a realizar operaciones en renta variable. Culpa nuestra. Somos un país con una cultura financiera muy por debajo de los grandes países del mundo y, además, hemos consentido que plataformas que se dedican a jugar, que no invertir, en bolsa mediante derivados financieros hayan llenado sus arcas ante la impasividad de la CNMV y a costa de los empresarios españoles. Esto, unido a los múltiples escándalos financieros y estafas que se han repetido durante los últimos años (Preferentes, Fondos de Banif, Fórum Afinsa, Gescartera, Madoff…). Hay una salida. Acciones al contado. Contar con profesionales del sector, buscar plazas financieras que ofrezcan profundidad, garantías y liquidez. Un buen ejemplo de las mismas serían NYSE y NASDAQ.


La mayor plaza financiera del mundo podría ser la solución. Desde Sotavento Consultores, no podemos olvidar que las mayores compañías, con el mayor potencial de recorrido, no cotizan en la Bolsa de España (plaza financiera número dieciséis en el mundo). En el último mes de febrero el mercado norteamericano ha experimentado subidas del 4% de media en sus principales índices, no está nada mal para un solo mes. Imaginen compañías. Y es que, invertir en Estados Unidos, en Nueva York, es tan fácil como hacerlo en España, aunque no les hayan dejado creer en ello. No interesa. Pero créanme, la cuenta de valores con la que invirtieron en sus bancos antaño, esa que les recomendó su director de sucursal, puede custodiar acciones de compañías cotizadas en EEUU, y es igual de sencillo. Sinceramente, ¿es posible que alguien prefiera invertir su dinero en compañías como Abengoa, Repsol o Telecinco, antes que invertirlo en las mayores compañías de diferentes sectores como pudieran ser, Apple, Petrobras o Facebook? Tomando las palabras de mi Director, Felipe Moreno: “Si se eliminan los prejuicios, y el complejo de inferioridad del inversor medio español, no creo que nadie optase por las compañías nacionales”.


En resumidas cuentas, año 2016, España, país periférico de la Unión Europea con la segunda mayor tasa de paro de toda la Comunidad Económica Europea, un PIB que ocupa el número catorce en el ranking mundial y, tras las elecciones del pasado 20 de Diciembre, sin un gobierno en la actualidad con una incertidumbre que nos lleva a vislumbrar un futuro incierto hasta el mes de septiembre de este año. Juzguen ustedes mismos.


Carlos Palomo

Analista Financiero

Colaborador Sotavento Consultores

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